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Paradoja 1
Cuando se acercaban las olimpiadas, se cerraron los chiringuitos de la Barceloneta, por la ley de costas. Se derribó un tejido urbano a medio camino del mar y la ciudad, con evidentes problemas, pero con un atractivo innegable. Barcelona debía ser moderna. Luego se inventaron el Port Olimpic y la domesticada ruta del tapeo global en el Paseo de Gracia.
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